martes, 2 de diciembre de 2008

Imaginemos...

Imaginemos que yo soy un ciudadano cualquiera, incluso un ciudadano modélico si lo preferís. Imaginemos que tengo un hermano adoptado de raza negra (o cualquier otra que en este país sea minoritaria..), Imaginemos también que tengo una madre a la que le gusta estudiar, investigar...  imaginemos todo esto y pongámonos en situación...
Imaginemos que yo pertenzco a un club con mucha influencia y muy respetado en el que en sus asambleas semanales; a las que yo acudo con devoción, se dedican a deslizar comentarios en los que dejan claro que el papel de la mujer en la sociedad es el quedarse en casa y educar a sus hijos, que su desarrollo personal es ese, y nada más que ese, que la raza pura y verdadera es la blanca y que cualquier otra está más cerca del simio que del hombre, imaginemos todo esto y nos ha de resultar fácil porque son posturas que todos hemos escuchado alguna vez. Imaginemos que yo, el ciudadano modelo, a veces discrepo porque creo que esos comentarios son "un poco" injustos con mi madre y con mi hermano, pero creo que ese club es mucho más que esos comentarios y que el pertenecer a él me honra... Imaginemos ya en un exceso que como creo que ese club es tan bueno, tan histórico, tan moralmente superior, que yo invito a mi madre y mi hermano a que se unan a él... Ellos por supuesto, sabiendo las posturas que allí dentro se defienden, se ofenden por mi oferta, y yo me quedo estupefacto mirándoles a los ojos y no entendiendo porque no quieren aprovechar esa gran oportunidad que yo les estoy dando.
A la semana siguiente en la asamblea se vota el dar apoyo a un texto de la ONU para despenalizar el que las mujeres puedan estudiar y en otro punto el considerar que las razas son todas iguales en derechos. Por mayoría se aprueba el voto en contra a dicho texto que vendría a denaturalizar nuestra sociedad y a corromper los valores que ahora la forman...  Imaginemos que en un momento de lucidez yo me ponga en el sitio de mi madre y su sueño por conseguir esa cátedra en medicina, imaginemos incluso que me miro a las manos y las veo tan oscuras como las de mi querido hermano, imaginemos que desde lo más profundo de mi corazón sale un llanto amargo porque me doy cuenta de lo que yo les había pedido a mis seres queridos, de lo que aquello significaba...

Pues bien amigos, no imagineis, no hace falta, esto es lo que nos pasa cada día a miles de homosexuales a los que nuestras familias nos honran una vez sí y otra también acudiendo a "asambleas" de la iglesia católica, y los cuales se llenan de ira cuando uno decide apartarse de esa "sociedad". Tampoco hace falta imaginar demasiado porque todos hemos leido hoy en los diarios como la Iglesia Católica S.A. a decidido votar en contra de una proposición a favor de despenalizar la homosexualidad.
Imaginemos ahora sí y para terminar que ese momento de lucidez que antes comentaba llegue algún día a nuestros familiares y amigos y se den cuenta de una vez de lo que nos han venido pidiendo todos estos años, IMAGINÉMOSLO TODOS JUNTOS, porque como decía  Martin Luther King " I HAVE A DREAM..."

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