miércoles, 4 de marzo de 2009

NOCHE GAY EN LOS OSCARS


Cuatro meses después de su rechazo en California, el matrimonio gay 'se invitó' a la ceremonia de los Oscar el domingo gracias a Sean Penn, que pronunció un discurso muy fuerte en su favor, así como al guionista del filme 'Mi nombre es Harvey Milk', también recompensado con un premio.
Sean Penn, que recibió la segunda estatuilla de su carrera por el filme dedicado por Gus Van Sant a Harvey Milk, héroe de la causa homosexual asesinado hace más de 30 años, aprovechó la ocasión de su discurso de agradecimiento para abogar con pasión contra la discriminación.
El 4 de noviembre los electores en California habían adoptado por referéndum una modificación de la Constitución estatal, llamada 'Proposición 8', que sólo reconoce legalmente el casamiento entre un hombre y una mujer.

Penn es un apreciado contestatario, famoso por las luchas difíciles y los papeles desafiantes, Sean Penn es considerado como uno de los mejores actores y directores de su generación. A sus 48 años, Penn se alzó con el Oscar a Mejor Actor el domingo por su conmovedor papel como político homosexual en “Milk”, en la que interpreta al líder político homosexual norteamericano Harvey Milk, asesinado en San Francisco en 1978.
“Ustedes: comunistas, homosexuales, hijos de pistolas”, dijo Penn al iniciar su discurso de agradecimiento, dirigiéndose de forma irónica a quienes le apoyaron, usando los epítetos usuales con los que la ultraderecha ataca a quienes defienden los derechos de los homosexuales.
“No esperaba esto y quiero dejar en claro que se cuán difícil es hacer que me tengan aprecio”, dijo el actor al recibir el galardón. Penn obtuvo su segundo Oscar como mejor actor, tras recibir el primero en el 2004 por su participación en “Mystic river”, de Clint Eastwood.
En torno a quienes manifestaban en contra de los derechos de los homosexuales en las proximidades del teatro Kodak, Penn dijo: “Para los que vieron los letreros de odio cuando llegábamos esta noche a la gala, creo que ya es hora de que aquellos que votaron en contra del matrimonio homosexual (en un referendo el pasado mes de diciembre) piensen en la vergüenza que sentirán sus hijos si siguen por ese camino. Tenemos que tener igualdad de derechos para todos”, sentenció Penn, seguido de una ovación de los asistentes.
El discurso fue muy aplaudido en el Teatro Kodak, una sala de 3.400 butacas, donde se encontraba la flor y nata de Hollywood con ocasión de la 81ª ceremonia de los Oscar.
Penn no es homosexual y tiene una imagen de hombre duro desde que, en los inicios de su carrera, se enfrentaba con los paparazzi. A pesar de eso, supo representar convincentemente el legendario encanto de Milk, que murió asesinado en 1978 en la alcaldía de San Francisco.
El actor también elogió la victoria de Barack Obama como Jefe de Estado norteamericano: “Me siento muy orgulloso de vivir en un país que puede elegir a un hombre elegante como Presidente”, dijo en referencia al recientemente electo Barack Obama, y agregó: “orgulloso de un país que puede crear artistas valerosos como los nominados, artistas con coraje, que a pesar de las sensibilidades, salen nuevamente a relucir como Mickey Rourke, quien es mi hermano”, finalizó.
Penn, de 48 años, se impuso en la categoría actoral a sus colegas Mickey Rourke, nominado por “The Wrestler”; Richard Jenkins, por “The Visitor”; Frank Langella, por “Frost/Nixon”; y Brad Pitt, por “The Curious Case of Benjamin Button”.
Varios críticos calificaron la actuación de Penn como la mejor de su versátil carrera, que despegó tras su consagratorio papel como el surfista fumón Spicoli en “Fast Times at Ridgemont High”. La carrera de este año por el premio a mejor actor fue una dura batalla entre Penn y Mickey Rourke, que logró un meritorio regreso a la escena interpretando a un maduro luchador que trata de mantenerse en el ring en “The Wrestler”.

Penn es hoy un ex “chico malo” de Hollywood que ha sido rescatista en el huracán Katrina, adversario del embargo contra Cuba, corresponsal para cubrir las elecciones de Irán en 2005, ha visitado al presidente Hugo Chávez en 2007 y también fue presidente del jurado del 61º Festival de Cannes.




Poco antes, el guionista de 'Mi nombre es Harvey Milk', Dustin Lance Black, había lanzado asimismo un llamamiento contra la prohibición del matrimonio gay. Harvey Milk "me dio la esperanza de vivir mi vida, de vivir mi vida a lo grande, tal cual soy, y tal vez un día enamorarme y casarme", dijo.
El guionista de la película, Dustin Lance Black, dijo que el desempeño actoral de Penn había sido asombrosamente realista: “No sé cómo lo hizo. Sean habitó físicamente el cuerpo y el alma de Harvey Milk”, consideró el escritor. Este personaje fue el último de una serie de papeles desafiantes en la carrera intachable de Penn, un miembro del denominado “brat pack” de 1980 que, pese a sus grandes éxitos y aclamación de la crítica, sigue manteniéndose como uno de los más firmes ‘outsiders’ de Hollywood.

Consultado luego en la sala de prensa, Black, de 34 años, dijo esperar que el nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tome la iniciativa en favor de tales uniones. "Como inspiración para la comunidad homosexual, debemos interesarnos en la 'Proposición 8', pero ser más ambiciosos en nuestros sueños y examinar la ley sobre igualdad de derechos civiles de 1964, porque nadie obtuvo jamás los derechos civiles en este país Estado por Estado o condado por condado".
Varias influyentes figuras de Hollywood se habían inclinado contra la prohibición del casamiento homosexual en California. El actor Brad Pitt y el director Steven Spielberg habían realizado donaciones de 100.000 dólares para la campaña contra la 'Proposición 8'.
Los casamientos gay se hicieron realidad en junio de 2008, después de que el Tribunal Supremo del Estado más poblado del país estimara en un fallo histórico que un artículo del Código Civil que prohibía tales uniones era inconstitucional por discriminatorio. Unas 18.000 parejas homosexuales aprovecharon esa medida para intercambiar sus votos ante funcionarios del Registro Civil.
Pero los adversarios de las uniones homosexuales no bajaron los brazos y lograron convocar el referéndum de iniciativa popular del 4 de noviembre para revertir esta decisión.
El caso aún no ha llegado a su término, dado que los dos bandos presentaron recursos ante el Tribunal Supremo, en San Francisco, el cual debe atender los argumentos el 5 de marzo

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