lunes, 8 de noviembre de 2010

LA DELGADA LINEA ROJA

Con la iglesia hemos topado! La verdad es que es ya todo un tópico pero es donde se mete esa empresa todo se vuelve gris. Hoy el Sr. Alcalde de Santiago, publicaba en un bando a toda página en algunos diarios de galicia una invitación a que sus ciudadanos participasen "activamente" en la visita del Benedicto XVI. La verdad es que es preocupante esta delgada línea que nuestros políticos nunca acaban de ver y que continuamente terminan sobrepasando. Vivimos en un estado aconfesional y por tanto las autoridades públicas deberían de ser completamente consecuentes con los apoyos que le brindan a una confesión religiosa, sea la que sea.

El problema no es ya el tema de este señor, el problema es que vivimos en un mundo en que nuestras familias terminan por hacer lo mismo día tras día. Con aquello de "no hace daño", todo queda solucionado.

Pues bien, creo que ya está bien, creo que todos deberíamos de reflexionar un poco y pensar en el porqué, en la razón que "obliga" a nuestros mandatarios a acudir a misas, tener funerales de estado y demás patrañas. Siempre se justifica todo esto por que la mayoría de nuestra sociedad es católica y que el alcalde, presidente o lo que sea, representa a esa sociedad. Pues bien; ¿a que coste? está bien que un mandatario se fíe del porcentaje de población pero también deberíamos de pensar en qué cosas se dicen en dichos actos, y cómo de indefensos quedan otros ciudadanos en ellos. ¿tiene que acudir un mandatario, al que yo he elegido a un acto en que van a decir que yo soy un enfermo por ser homosexual, cuando la OMS hace años que ha dejado claro dicho tema? ¿tiene que acudir un mandatario a un acto en que a una mujer que aborta la califican de asesina? ¿que tipo de ciudadano soy yo? ¿hacia donde mira ese político cuando se lanzan todas esas patrañas desde el altar? ¿a que ojos va a mirar cuando me vuelva a pedir el voto? ¿acudiría dicho político a un acto en el que se dijera que la mujer debería volver a la cocina y no salir de ella si fuesen a dicho acto las mayoría de sus conciudadanos? Estas líneas son las que estamos continuamente cruzando; jugamos con ellas comos si fueran de chicle y como si nunca fueran a romperse. Los laicos respetamos a TODAS las confesiones, a todas. Respetamos tanto a dichas confesiones que no solemos acudir a dichos actos ya que no creemos en ellos, pero ¿quien nos respeta a nosotros? De mi boca no saldrá jamás un insulto hacia una persona por tener unas creencias que yo no considero lógicas, cada uno es libre en decidir en qué debe creer, pero parece que en este estado que vivimos la historia está ya escrita y nadie tiene la valentía de mover un solo dedo para cambiarla.

Seguiremos igual, seguiremos con amigos que no se casan y bautizan a sus hijos por lo que dirá la abuela, seguiremos con padres y abuelas que se escandalizan cuando uno apostata, porque "total no hace daño el estar bautizado". Aquí está todo escrito, nadie va a misa, nadie cumple los preceptos que promulga la iglesia pero...... seguimos con esa doble moral en la que acallan su sentimiento de culpa tragando con una organización anacrónica que hace todo lo contrario de lo que dicen las escrituras en las que se basan.

Pues eso, que tendremos que conformarnos con escuchar a un alcalde socialista que le resulta mucho más cómodo reunirse con el papa que con un grupo de jóvenes lgtb de su propio partido.... así nos luce el pelo...

ISAAC GONZALEZ MARTINEZ

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