jueves, 26 de febrero de 2009
CINCO AÑOS NO ES NADA O MUCHO
Estos cinco años han pasado volando; casi sin darnos cuenta y sin poder
asimilar bien todo lo conseguido. La victoria del PSOE en marzo de 2004 y
los acuerdos alcanzados con formaciones como el BNG, IU y ERC, supuso que,
después de años reivindicando los derechos de las personas LGTB -este año se
conmemora el cuarenta aniversario de la revuelta del Stonwell Inn, detonante
de todo el movimiento- por fin en España se consiguió el derecho al
matrimonio y la adopción por parte de las parejas del mismo sexo y el
reconocimiento del cambio registral para las personas transexuales.
A este respecto, la aprobación el 1 de marzo de 2007 de la ley que permite
el cambio registral de sexo y nombre sin el requisito de la vaginoplastia o
la faloplastia -tras dos años de tratamiento, que a algunos colectivos les
parece excesivo, requisito que no deja de ser un trámite para marcar las
reglas del juego, pues la transfobia y los problemas no van a disminuir
porque se cambien o acorte el tiempo mínimo, si no por su asunción por parte
de los agentes sociales y la propia ciudadanía, ¿cuándo va a entrar en los
convenios colectivos la realidad LGTB?, o ¿por qué reclamamos de la
sociedad, lo que no somos capaces de exigir a nuestra propia familia?-; la
ley supuso también, además de una gran victoria, la posibilidad de que una
serie de hombres y mujeres pudiesen ver reconocida su verdadera identidad.
Ya sé que aún queda la reivindicación de la atención psicológica y médica,
así como la puesta en marcha de los Centros de Referencia que, por los
acuerdos en el Consejo Interterritorial de Salud, del 12 de diciembre de
2007, esperamos que pueda ser una realidad a lo largo de 2009. Así como otro
punto de discrepancia, el de las personas emigrantes que cambian de sexo,
quienes reclaman que el país receptor, en este caso España, rectifique la
identidad registral, con respecto a la documentación del país de origen,
pues en donde no esté reconocido el cambio registral plantea un problema
legal serio. Ojala se pueda encontrar una solución legal satisfactoria para
todos y que estas personas se vean también beneficiadas por la legislación
española.
El merito de lo ya conseguido está repartido entre los colectivos LGTB,
partidos políticos -principalmente de izquierdas- y el apoyo de la sociedad
y los medios de comunicación, que han ayudado a normalizar estas cuestiones,
por mucho que algunos se empeñen en decir que son polémicas -como si
polémica no pudiera ser cualquier cuestión con la que no estemos de acuerdo-
o que desean debatir sobre asuntos que, única y exclusivamente, afectan a
terceros; lo que, sin embargo, denunciarían como una intromisión si fuese a
la inversa, tengan o no razón, como han hecho con la asignatura de Educación
para la Ciudadanía y los Derechos Humanos. Y hemos de afianzar lo que ya
tenemos, no bajando la guardia ni relajándonos, antes de pretender avanzar
mucho más; pues la derecha celtibérica, siempre montaraz y vaticanista,
sintiéndose dueña del cortijo, espera su momento para restringirnos de nuevo
los derechos. Y ahí conviene recordar que, tanto el PP con su recurso de
anticonstitucionalidad del matrimonio, no retirado, como UPyD con sus
ambigüedades -no olvidemos quien le apoya- pueden escorarse hacia posiciones
más carcas y restrictivas, si su electorado se lo demanda.
Mas, aún siendo la lucha de mucha gente, he de decir que me siento muy
orgullosa en este momento, indudablemente, de José Luis Rodríguez Zapatero,
porque sin su complicidad y su voluntad firme de equiparar en derechos a
todos los ciudadanos, no hubiese sido posible lograrlos; y de quien viene
luchado por los derechos LGTB desde hace mucho tiempo, Pedro Zerolo -aquí no
sería justo no hacer mención a su mano derecha y alter ego, Miguel Ángel
Fernández, cuyo trabajo al frente del backstage es fundamental-. El haber
podido conocerlos y trabajar a su lado ha sido un autentico placer, estoy
muy agradecida por haber tenido esta oportunidad. Y, por supuesto, del Grupo
Federal LGTB del PSOE y de los Grupos autonómicos que se han ido formando
durante este tiempo; inolvidable el día que pase en A Coruña con Fito y los
compañeros del PSG. Gracias a todos por vuestro trabajo.
María José HERNÁNDEZ
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