Me viene a la mente una conversación que tuve con Laura en una de las dos ocasiones en las que coincidimos en alguna reunión por temas LGTB. Hablando de la situación actual del movimiento LGTB, los dos reconocíamos que la parte que todavía está más desprotegida y vulnerable es la T, los y las Transexuales. Ella me contaba la experiencia que había tenido una compañera que llevaba más de un año ejerciendo de trabajadora del hogar en una vivienda. Ella realizaba muy bien su trabajo, hasta el punto que la dueña de la vivienda, y su jefa al fin y al cabo, le pidió que le trajera sus datos porque quería hacerle un contrato y así poderle ayudar a regular su situación en el país. Ella, completamente emocionada se los trajo al día siguiente, y su jefa la puso de patitas en la calle tras comprobar que en el carnet ponía “Jose” y ella era “María”. Ella no podía denunciar, solo podía tragarse sus lágrimas y empezar a buscar otra cosa que en la mayoría de las ocasiones termina siendo la prostitución porque es de los pocos oficios en los que nunca tienen contrato de trabajo y nadie les amargará la vida por eso… ella no puede acudir a la policía y servirse de nuestro estado de derecho para que esa “persona” para la que había trabajado con cariño y la que; no solo no había hecho falsedad documental, no, simplemente no había hecho un documento indispensable en una relación laboral como es un contrato de trabajo, diese cuentas a la policía. Ella no lo puede hacer porque en ese mismo momento será detenida y devuelta a su país, sin importar si en ese país puede ser encarcelada, apedreada o asesinada impunemente por el simple hecho de su transexualidad. Sí señores, de este tipo de cosas estamos hablando. Estas son las cosas con las que Laura se encontraba cada mañana en su trabajo en la CIG. Con este tipo de injusticias tenía que lidiar, con esta costumbre de la sociedad de mirar hacia otra parte cuando no nos conviene… todos conocemos a gente jubilada que está trabajando, a gente que tiene a su cargo personas sin el debido contrato, gente que utiliza a amigos para que les cuelen en las listas del Sergas, ¿y yo se supone que debo rasgarme las vestiduras y cargar contra la compañera Laura Bugallo, por haber cometido algunas faltas en la tramitación de documentos? No señores no, no voy yo a defender las ilegalidades pero hasta que esta sociedad cambie, hasta que nuestro gobierno se de cuenta de que la situación de estos inmigrantes es sumamente especial y delicada y que no se les puede tratar con la misma vara de medir; hasta que esta sociedad en la que vivimos deje de jactarse de cometer cientos de irregularidades y conseguir que no les pillen no voy a ser yo el que criminalice a Laura; es más, todo lo contrario.
Gracias Laura, gracias por poner en peligro tu seguridad, gracias por arriesgar la normalidad de tu vida por que otras compañeras puedan llegar algún día a tener su “normalidad”. Gracias por hacer algo, aunque pueda no ser demasiado ortodoxo; porque a esas compañeras y compañeros indefensos puedan llegar a ser ciudadados de primera. Gracias por no mirar hacia otro lado y hacer algo para que todo cambie…
Cada segundo que Laura ha pasado en comisaría, el movimiento LGTB en Galicia ha estado indefenso. Cada segundo que ella ha tenido que estar explicando papeleos en vez de explicar la situación increíble e indigna a la que se ven sometidas nuestr@s compañer@s ha sido un segundo malgastado y no amigos, en el movimiento LGTB, no estamos en condiciones de malgastar segundos, los necesitamos todos para ayudar a esas personas que por la “disforia” de nuestra sociedad se ven abocadas a terminar en un mundo marginal si no es porque gente como Laura hace algo para evitarlo. Una vez más, y no me cansaré de repetiro, GRACIAS LAURA.
Isaac Gonzalez
Grupo LGTB del PSdG-PSOE 7 Colores
sábado, 30 de mayo de 2009
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1 comentario:
Espero que todo le salga lo más favorable posible a Laura.
¿Qué decir?
No puedo apoyar lo que hizo, pero si cometió un delito lo hizo por el Bien de los demás. Ojalá le toque un juez y un Fiscal sensibles.
Animo.
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