'Niño', del zoo de Poznan, se convierte en mascota de los homosexuales y "lastre" del gobierno conservador
Se llama Niño y, a juzgar por sus tendencias y actitudes, es un elefante homosexual. Esta sensación del zoológico de la ciudad polaca de Poznan, en el oeste del país, se ha convertido en las últimas semanas en la mascota de los gays locales y, al mismo tiempo, en objeto de críticas de políticos conservadores por sus aparentes amoríos con otros elefantes machos.
Pero lo cierto es que Niño ya es la estrella indiscutible de su zoo, donde provoca la sorpresa y el rubor de muchos de sus visitantes por sus arrumacos con los machos y una especie de agresividad misógina hacia las hembras.
Esta actitud ha resultado intolerable para Michal Grzes, concejal del conservador partido Ley y Justicia (PiS), la formación de los gemelos Kaczynski, ya que convierte al animal en "un lastre" porque le impide procrear. "No hemos pagado para mantener aquí a un elefante gay", ha afirmado recientemente el concejal conservador, que insistió en que la orientación sexual de "Niño" y su rechazo a las elefantas es un problema para que aumente el número de paquidermos del zoo.
Sus palabras, como era de esperar, han herido la sensibilidad de la comunidad homosexual de Poznan, que inmediatamente ha comenzado a organizarse para defender al elefante de la incomprensión del político conservador. "Queremos que ''Niño'' sea aceptado como es y se quede en Poznan", ha dicho el responsable de esta iniciativa, Kuba Wilczynski, que rechaza a los que menosprecian el valor de este animal simplemente por el hecho de su presunta homosexualidad. "Estamos ultimando los detalles para un festival donde habrá música, teatro, baile y pintura en defensa de la libertad sexual", ha añadido.
A pesar de que el concejal conservador ya ha rectificado sus palabras, asegurando que "estaba de broma", los colectivos homosexuales de esta ciudad siguen adelante y mantienen el festival en defensa de Niño, que tendrá lugar entre el 8 y el 16 de mayo para conseguir que el animal no sea vendido a otro zoo y pueda hacer arrumacos con quien le apetezca.
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